PIELES (2014-15).

Políptico de pasta de papel e impresiones digitales sobre muro pintado de azul de Prusia, 245 x 840 cm.

Diego Moya: su nombre expresa un denso itinerario, una ya larga, y muy consistente, trayectoria artística, que tiene sus inicios a comienzos de los pasados años setenta y llega hasta ahora mismo, con esta exposición que permite apreciar la intensa madurez de su obra, de su equilibrio entre dos mundos, entendiendo esta última expresión en más de un sentido. Dos continentes, dos tradiciones culturales, y también dos ámbitos: espíritu y materia, que en todos los casos se funden y sintetizan.
… se trata de ir verdaderamente hacia atrás en el tiempo, y eso es lo que persigue Diego

Moya con sus imprimaciones sobre las telas y el papel superpuestos a las rocas ancestrales de las playas y acantilados en Asilah. En su comparación y síntesis con las fotografías de la piel humana. Ahí brotan, en la imagen, las marcas del mundo, las marcas de la vida.
… Lo que vemos en las obras de La piel de la tierra surge a través de un proceso de restitución  de las huellas ancestrales que el curso del tiempo fue depositando, durante millones de años, sobre las rocas. Y que la acción artística recupera para nuestra mirada y conocimiento.



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