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Ernesto
Neto
Río
de Janeiro, 1964. Allí vive y trabaja
Su
obra nos hace volver a esos registros perceptivos ancestrales que
dieron lugar a la aparición de la vida en el planeta. La sinuosidad
de las telas, las construcciones blandas, los depósitos olorosos y
de colores cálidos de semillas, tienden un puente de la imaginación
y la memoria que se desplaza en el sueño y que nos invita a entrar,
a formar parte de ese mundo sensual, donde alcanzamos la unidad con
la tierra y el cosmos.
"Acontece
en un fin de tarde" (2000) es una expresión de la profundidad
de la piel, convertida en cobijo corporal y en ámbito para el reposo
de nuestros sentidos. La obra deja de ser algo lejano e intocable
y se transforma en vehículo espiritual de las emociones y la mente.
En su seno experimentamos el vértigo del abandono y el sueño del retorno
al vacío, a la ingravidez.